JAMES DEAN . EL MITO

 

30 de septiembre de 1955. Día del accidente.

J.Z.R.

Marion (Indiana). 24 años dan comienzo pues ha nacido el amado por los dioses. Fairmont (Indiana). Comienza la adolescencia para Jimmy y a la muerte de su madre nace un genio, un ser adorado por sagradas divinidades comienza a caminar seriamente por el mundo, desde una motocicleta a un bólido de carreras.

Pintor, escultor, fotógrafo, actor… el modelo perfecto, el rebelde sin causa o quizá con una buena razón oculta quiere comerse el mundo y no desea seguir reglas ni códigos establecidos pues él tiene los suyos propios.

Jimmy desprende un halo especial como el principito de Saint Exupery (su libro favorito), pero en la falsedad de las luminarias de Hollywood y sus sueños rotos financiados por el hampa de los “chicos listos”, donde todo respira cartón piedra e impostura digna de teatro infantil, caras maquilladas como payasos de feria e interpretaciones acartonadas, Jimmy no quiere tener  lugar. Pues en Jimmy no hay impostura y respira una insólita autenticidad y sensación de verdad.

AL ESTE DEL EDEN no habla del novelista John Steinbeck, habla de la tormentosa relación de Jimmy con su puritano y huidizo padre. Elia Kazan lo sabe y Jimmy no interpreta, se psicoanaliza a sí mismo y el exorcismo emocional es devastador. La Juventud de los USA y otros países en plenos años 50 ve por fin a un actor adolescente que les habla a ellos directamente y les cuenta cosas que les interesan realmente. No es un subproducto de las grandes productoras como Mickey Rooney.

REBELDE SIN CAUSA es el cenit de su efímera carrera y gloria en vida. Nicholas Ray describe el desencanto de una juventud de rebeldía efímera con la guerra de Corea de fondo y la de Vietnam acercándose.  Sintiéndose condenados a convertirse en los sucesores de sus mayores, tras sus carreras de coches, sus chaquetas universitarias, sus pandillas y sus peleas a navaja automática. Todo es efímero, pues están condenados a ser asimilados por sus adultos. Sal Mineo se enamora de Jimmy delante y detrás de la cámara y pagará las consecuencias de una sociedad heterosexual y temerosa por las buenas costumbres. También Natalie Wood se enamora de Jimmy, pero ella alcanzará la madurez para morir abruptamente bajo la eterna sospecha de un “affaire” y un marido celoso. La mayoría de la juventud de la época se enamora también al instante de Jimmy. Es el mito de Narciso en busca de su laguna. Con Jimmy hay otro de los grandes: Dennis Hopper, destinado a heredar su talento. 

GIGANTE es la tercera y última de sus escaladas a la gloria, condenada a auto extinguirse. Es el Hollywood de cartón piedra y rostros saturados de maquillaje como una paleta de colores en movimiento. Es el Hollywood del glamour y las estrellas de revistas de fans y adolescentes, y todo es tan deslumbrante como falso, ego maniaco y artificial hasta la asfixia. Rock Hudson con su homosexualidad apenas oculta, pero transformada por los mentideros de la prensa rosa en un secreto a voces, es un fantoche en pantalla tras sus capas de maquillaje y sus inmaculados trajes sacados directamente de vestuario, apenas cosidos. Elisabeth Taylor nunca pierde su rostro ultra maquillado, su ropa limpia, su falsedad de estrella de gran estudio. Hudson y Taylor son burdos productos de la maquinaria de Hollywood con sus vestimentas siempre inmaculadamente limpias en tecnicolor de paleta de colores y saturados maquillajes destinados a ocultar su casi total inexpresividad. En cambio, Jimmy es un cowboy auténtico que respira erotismo y roba todas sus escenas a sus inoperantes antagonistas con pasmosa facilidad. Siempre sospeché de la veracidad de los tres puñetazos a Rock Hudson por parte de un Jimmy bañado en petróleo. La del eterno rebelde a la estrella de Hollywood con pies de barro. George Stevens; sobrevalorado cineasta, le da carta blanca a Jimmy para vapulear a Hudson, consciente que eso alegrará a los paletos homófobos del cinturón bíblico de los USA y volverá a Jimmy en un mito de inmediato; tres golpes: primero al rostro, luego al estómago y el tercero a los huevos. Nunca una humillación fue tan gloriosa. Jimmy bañado en petróleo es sex appeal puro; nadie estuvo mejor sucio en pantalla. George Stevens lo sabe y sin Jimmy, su sobrevalorada peliculita se hubiese hundido en el foso de las falsas obras importantes. En el olvido.

En la noche de estreno de GIGANTE la gran mayoría de espectadores se irán de vacío… la muerte ha planeado sobre él y su vehículo: Pequeño bastardo (Little bastard) ha colisionado por sorpresa un 30 de septiembre de 1955. Los amados por los dioses mueren jóvenes. De ahí el club de los 27 en el rock; y aunque Jimmy tuviese solo 24, tuvo suerte en cierto sentido. No se le deformó la cara como a Montgomery Clift, no engordó hasta la caricatura como su ídolo Marlon Brando, no padeció el encasillamiento como Anthony Perkins, no agonizó de sida como Rock Hudson; su colega en GIGANTE. Dejó un cuerpo bonito.

Muere joven y deja un bonito cadáver. El tópico se cumplió con Jimmy quien solo dejó tres películas y un carisma perdurable. Los fans roban la mascarilla de bronce de su tumba. Trozos de porche con el que colisionó son arrancados por sus fanáticos y a eso se le suman leyendas oscuras, hablan incluso de su tumba profanada: ha nacido el fenómeno fandom.

Sí… Jimmy es inmortal, más de lo que soñó en vida.

Finales de los ochenta. El cantante de los Smiths: Steve Morrisey, vuela a Indiana en busca de la tumba del mito para contaminarse de su esencia; quisiera ser el nuevo Jimmy pero James Dean, solo hay uno. Una sesión de fotos hace pocos años de Justin Bieber que rozan la burda caricatura. Pero es igual; James Dean es inimitable y alguien qué perdura en el tiempo. Incorrupto.

Amado por los dioses.

[James Dean 1931-1955]



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